
El inicio del camino
Dicen que el Camino de Santiago inicia en el momento en que decides hacerlo. En mi caso, aunque había escuchado del camino y lo veía como una aventura que debía hacer en algún momento de la vida, no lo veía dentro de mis planes en el corto o mediano plazo.
Sin embargo, hace 2 años después de una experiencia aterradora con mi mamá, sentí el llamado.

En Junio del 2017, un tumor cerebral silencioso, la puso al borde de la muerte. En cuestión de horas, pasó de ser una persona sana y llena de vida, a estar en un sala de quirófano luchando por su vida.
Durante las largas horas de la cirugía, oré y le prometí a Dios que la llevaría al Vaticano, si nos concedía el milagro de tenerla de nuevo con nosotros. Gracias a Dios, mi mamá superó milagrosamente la cirugía.

Los siguientes meses fueron de exámenes, cirugías adicionales, y radioterapia.
Durante este proceso sentí que debía hacer algo adicional, y ofrecí a Dios hacer el Camino de Santiago en compañía de mi mamá en agradecimiento por su vida y recuperación. Allí empezó nuestro camino.
El plan
Cuando empecé a organizar el viaje, y después de leer un sin número de blogs, y de ver unos cuantos videos en Youtube, me decidí por el Camino Francés en 12 etapas desde Astorga. En este viaje debía cumplir también mi promesa de ir al Vaticano, y además quería llevar a mi mamá por otros lugares de Europa. Esta era su primera vez al otro lado del charco.

Planifiqué meticulosamente 2 semanas en España. 3 días al inicio del viaje en Madrid para recuperarnos del jetlag, 12 días en el camino, y 1 día en Santiago de Compostela al final para conocer la ciudad.
Aunque había leído que lo mejor era no reservar los albergues con anticipación y dejar que el camino nos fuera llevando, tuve que reservarlos antes de viajar para poder mostrar las reservas ante inmigración en caso que lo pidieran.
Nuestro Camino
El camino es una experiencia de vida diferente para cada peregrino. Depende mucho de las circunstancias y momento de vida por el que estás pasando. Además, depende también de tu actitud, flexibilidad y disposición para aceptar las pruebas y retos que el camino te pone, y ajustar tus planes acorde a lo que se te va presentando.

En nuestro caso, el camino estuvo lleno de altibajos, no solo en la ruta de montaña como tal, sino a nivel físico y emocional.
Cuando hice el camino estaba embarazada y tenía pocas semanas de gestación. Mi mamá se convirtió en una super heroína y sacó la guerrera que lleva por dentro para apoyarme y darme energía para continuar.
A nivel físico, mi mamá fue un roble. Sólo le dolieron las piernas y los pies y una gripa leve, normal para 12 días de caminata. En mi caso, además del dolor muscular, y la gripa, me salió un “fuego” en el labio, mi espalda dolía un montón y mi energía estuvo en modo low battery.
A nivel emocional, el camino fue una montaña rusa. Las dos tuvimos nuestros momentos de euforia, tristeza, melaconlía, culpa, ira, reproche, duda, esperanza, y por supuesto amor incondicional.
De los momentos mas especiales del camino, les voy a contar dos.
Un angelito al rescate – Gracias camino
En la etapa entre Foncebadón y Ponferrada, debíamos caminar 23 Km. Sin embargo, alrededor del medio día empecé a sentirme débil, y sin ganas de continuar. Después del almuerzo caminamos cuesta abajo, pero me sentía tan cansada que empecé a parar cada media hora. Hubo un momento en que nos acostamos literalmente al borde del camino y tomamos una siesta.

Después de 7 horas de camino, y 5 noches sin dormir bien, mi cuerpo no podía más. Me sentía exhausta, enferma, con frío, no soportaba la maleta, y mis pies ya no coordinaban.
Pasando por Riego de Ambros, un pueblito encantador antes de Molinaseca, paré para descansar justo al lado de una casa de huéspedes. Cómo estaba tan agotada, decidí tocar la puerta para preguntar si tenían una habitación disponible.
Para mi sorpresa, si tenían una habitación privada disponible, por tan solo 30 Euros!. 10 Euros más de lo que estaba pagando en los albergues de peregrinos. Así que allí nos quedamos.
La noche que pasamos en Casa Rural Las Hilanderas fue genial. Me sentí como en casa, pude dormir toda la noche y lo mejor de todo es que Pilar, la dueña nos acogió con un cariño y amabilidad increíbles. Nos preparó una cena casera y un desayuno fenomenal, con un montón de vegetales y frutas que bastante falta nos hacían. Después de comer carne y patatas fritas todos los días, esto se sentía como toda una bendición del camino.

Este fue nuestro primer momento mágico. Un angelito al rescate que sin conocernos, nos acogió y nos ayudó sin mayor interés. Gracias camino!
Mensaje de Dios
En la etapa Sarria – Mercadoiro, mi mami y yo tuvimos una discusión. Llevábamos varios días hablando de algunos aspectos de nuestra vida y de momentos que nos han marcado a nosotras, y a nuestra familia.
Ese día, había mucha tensión acumulada entre las dos, y de un momento a otro explotamos. Ella me dijo que yo no era su sicóloga, y yo me enojé porque sentí que me estaba atacando.
Dada la situación, preferí avanzar sola y empecé a caminar más rápido.
Al cabo de una hora, estábamos por pasar un riachuelo, cuando escuché conmoción y un ruido muy fuerte. Inmediatamente paré para ver de dónde provenía tal ruido, y vi un pajarito intentando entrar en una de las paredes de tierra que delimitaban el camino. Cuando miré más de cerca vi lo mas precioso que pude ver en todo el camino.

Era un grupo de pajaritos recién nacidos que estaban pidiendo comida. El pajarito que vi intentando entrar al hueco, era la mamá que los estaba alimentando.
Justo en ese momento llegó mi mamá y le mostré los pajaritos. Las dos nos llenamos de un amor infinito y fuimos felices viendo esos hermosos bebés.
Y saben que pasó?
A partir de ese momento, a mi mamá y a mi se nos olvidó que estábamos enojadas, y seguimos nuestro camino como si nada. Una al lado de la otra, compartiendo y viviendo el camino con amor.

Para nosotras, los pajaritos significaron un mensaje de Dios, diciéndonos que la vida es hermosa, que el amor de madre e hija es incondicional y que no hay porqué estar enojadas.
Que tal esta experiencia en el Camino de Santiago? Te gustaría hacer el camino algún día?
Si ya lo hiciste, cuéntanos cómo fue tu experiencia!
No seas tímido. Comenta abajo. Nos encantaría leerte.